Vivimos en un mundo en el que por todas partes nos damos cuenta de que se han perdido los grandes valores con que vivieron nuestros antepasados. De ello nos podemos convencer al percatarnos de los índices de criminalidad que se han disparado en las últimas décadas. También eso lo vemos en los inumerables fracasos matrimoniales de que hemos sido testigos. Hay que tomar en cuenta que no hace mucho tiempo la vida en nuestras sociedades no era tan desordenada como ahora. Una de las causas de ello es la sobrevaloración de los valores materiales sobre los valores espirituales. Se prefiere hacer aquello que deja más dinero que aquello que nos lleva a nuestro mejoramiento personal, y ahora estamos pagando muy caro por esas malas decisiones. Lo que yo propóngo es que nos volvamos a Dios de todo corazón, y el camino para llegar con Él es Jesucristo. Por eso el Señor nos dejó dicho: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí (Jn 14,6)".
En el presente blog te muestro una serie de opciones que pueden ayudarte a seguir al Señor. Yo estoy convencido de que sin Él no podemos ser felices. El Señor nos llama a una vida en abundancia gozando de su gracia y a una vida eternamente feliz después del umbral de nuestra muerte. Para ello Él vino al mundo, asumió nuestros pecados y se sacrificó por nosotros para darnos la dignidad de hijos de Dios.
Me quedo a tu servicio:
Diego Treviño.